Las tardes ya se acortan y algo indica un cambio de ciclo. A pesar de eso, Laia sigue empeñada en bañarse a todas horas y en no salir nunca de la piscina, con esa incansable apetencia por el agua propia de los niños y que los adultos reconocemos como una reminiscencia del tiempo en que fuimos como ellos.
Cada año me siento más vinculado a este paisaje. Sin apenas cambios. Los que hubieron fueron principalmente humanos. Amigos que lo eran todo y desaparecieron con pasmosa normalidad, familiares muy queridos que se fueron para siempre, casas que sigilosamente cambiaron de dueño.
Yo atesoro los recuerdos con un celo casi homicida. Pero en esencia todo sigue bastante inalterado. El sol dulce de las tardes ya avanzadas en la terraza, la silueta del cielo recortada por los pinos, el calor como una forma elegida de plenitud, las flores de las adelfas y las buganvilias enmarcando las paredes o las vallas, el tacto tan familiar de los libros, la misma emoción o ansia quinceañera cuando se prepara una cena que se pretenderá descomunal farra, y quedará en casi nada. Mientras tanto, ajena a todo eso, mi hija repite rituales y descubrimientos que fueron míos y de todos con terca fidelidad inconsciente. Señas de identidad. Un modo de ser quien uno es irreductible y feroz.
Yo atesoro los recuerdos con un celo casi homicida. Pero en esencia todo sigue bastante inalterado. El sol dulce de las tardes ya avanzadas en la terraza, la silueta del cielo recortada por los pinos, el calor como una forma elegida de plenitud, las flores de las adelfas y las buganvilias enmarcando las paredes o las vallas, el tacto tan familiar de los libros, la misma emoción o ansia quinceañera cuando se prepara una cena que se pretenderá descomunal farra, y quedará en casi nada. Mientras tanto, ajena a todo eso, mi hija repite rituales y descubrimientos que fueron míos y de todos con terca fidelidad inconsciente. Señas de identidad. Un modo de ser quien uno es irreductible y feroz.
Los lugares en los que se fue feliz de niño o muy joven son o deberían ser sagrados.
6 comentaris:
Baw, kasagad-sagad sa iya ubra blog!
Si kasagad-sagad significa magnífico post. Si denota el placer de leer un texto evocador y elegante. Si todo eso. Entonces, definitivamente, kasagad-sagad.
Angresola, también era cuestión de tiempo que acabases asomando por este gurirgay.
Xé ira, i jo que m'alegre.
Si eixos llocs deuen ser sagrats jo què faig ara? Vaig ser feliç de xiqueta als bancals del camí de La Cabanya, on s´enjunten els termes del meu poble, Muro, Cocentaina i Benimarfull... i ara estan plens d´excavadores que han tallat les oliveres i els cirers i fan l´autovia...
Àgueda: la memòria i la seua presència són els llocs sagrats on refugiar-se. En realitat no en tenim molts més.
Angresola
Totalmente de acuerdo, mientras nuestra memoria siga viva, cualquier lugar aunque no sea exacto físicamente, permanecerá intacto.
saludos
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