divendres, de gener 09, 2009

EL TIEMPO DE LOS LIBROS


Hacía bastante tiempo que no disfrutaba de un viernes como el de hoy. Por razones que no vienen al caso y que espero transitorias, salí pronto del trabajo y antes de la una ya estaba en casa de mis padres. La necesidad de pasar allí el resto del día -sólo alterada por la recogida de mi hija del colegio- me han regalado una tarde que no esperaba.

Bien es verdad que parte del disfrute ha sido a costa de aprovechar la algo inusual tranquilidad que traía la niña, ya que en lugar de pedir los habituales requerimientos de atención y la agotadora variedad de actividades, la bendita se ha pasado la tarde viendo películas de dibujos o pintando.

Todo eso me ha permitido -antes y después de su llegada- leer como un enfermo durante muchas horas, y del modo que ya sólo puedo hacerlo y muy raramente en algunos días de verano. En realidad, ya no sé qué me gusta más. Si el puro placer de leer cosas con las que disfruto mucho -los de hoy han sido lo penúltimo de Savater, lo último de Villena, y una muy interesante biografía de Martí de Riquer-, o el recuerdo y hasta la total traslación al tiempo absoluto de los libros, a esos años de adolescencia en los que leer constituía una obsesión enfermiza. Tiempos completamente despreocupados, que ahora se me antojan casi míticos, y en los que no existía apenas variación entre días de la semana, meses o estaciones del año, ya que todo era tiempo para leer.

Porque ahora, en mi vida de hoy, hay maravillosos descubrimientos que me hacen mantener interés hacia muchas cosas, pero nada con la intensidad de aquel vicio revelador y prodigioso que me hizo descubrir el mundo, y con el que enlazaba un libro con otro, un autor con otro, y se sucedían los libros que llevaban siempre a otros libros y abrían dos, tres, cuatro caminos diferentes cuya sóla contemplación y descubrimiento daba a la vez vértigo y ansia por empezar a transitarlos.

Con la misma mezcla imposible pero real de ansiedad y despreocupación he pasado la tarde. Sé que tienen cierta condición de espejismo, pero otra vez han vuelto esos caminos a abrirse como flores benéficas o incitantes. Otra vez las horas veloces y tranquilas negando el día a día de los problemas y las lecturas apresuradas. Al otro lado de la ventana, un frío como de otro tiempo ponía su parte para traer el mejor recuerdo y el presente abolido de esos años.

6 comentaris:

morena ha dit...

Se echa de menos tener tiempo para uno mismo, verdad?, mundo de locos...

Un beso, caballero

Comtessa d´Angeville ha dit...

Jo també recorde els temps de llegir de forma malaltisa, un i altre i altre, a totes hores, tampoc tenia molt més que fer, ni al col·legi ni al poble. No és que tire en falta allò: adore la vida real per damunt de tot, per molt que necessite sovint del refugi de la ficció.

No me puc queixar: tinc molt sovint eixa calma i tot eixe temps que desitja, per llegir. I a qui m'enveja li dic que l'únic que he aconseguit és que el cul no me càpiga en la cadira. A més, normalment, em trobe a escenaris idílics, que conviden a la lectura. I en el que estic ara és senzillament perfecte, pa cagar-se de bonico.

Llegir i follar, els dos grans plaers de la vida que deia vosté. M'esperava més de lo segon estos dies i una grip a l'altra part del tàndem complica la cosa una miqueta, que no la fa impossible del tot, faltaria més, hi ha coses per a les que es trauen forces d'on siga. Sort de portar al gos i llibres sempre darrere, i voreta del foc i les galtes coloraes. Bolaño i Landero per repassar perquè he acabat amb el que portava entre mans, THE WAR AGAINST CLICHE, de Martin Amis. I divendres nit partida a Punt2 a més d'esta coseta que porte entre mans, l'AspireOne i la conexió a Internet.

Un rincón apartado ha dit...

El fred i la pluja són excel·lents -inmillorables, diria jo- companys per a la lectura. Sempre he tingut com a ideal eixa bucòlica imatge de estar gitat al llit amb un llibre a les mans mentre escolte el so de l'aigua caiguent a la terrassa, o del vent atiant les finestres. Són moments de pau i tranquilitat, de suprem goig. Pensa vosté com jo?

Per cert, no sabia que li agradara Martí de Riquer. Per casualitat el llibre que fulleja es "Quinze generacions d'una família catalana"? Si es així espere que, quan acabe, me'l deixe. M'han dit que és extraordinari.

Abraços

angresola ha dit...

No, no és el "Quinze generacions d´una família catalana". A mi també m´han dit que és extraordinari. El tinc ja comprat i en la recàmera.
El que estic llegint es "Martí de Riquer. Viure la literatura", una voluminosa biografia que va guanyar el premi Gaziel. Les autores són dos xiques de les que no recorde ara el nom, no el tinc ací.

¡LLUEVE REVOLUCIÓN! ha dit...

pues sí, como dice la Morena, hay veces en las que se echa de menos el tiempo para uno mismo, y si encima eso conlleva la lectura...ays, tengo ganas de un viernes como el suyo! no lectura como refugio, que dice Comtessa, sino lectura como todo, como lo que es, para escaparse y para estar aquí más que nunca, para no moverse del sitio...no para refugiarse sino para verse uno mismo en estado puro. Yo, cada día estoy más aquí que allí...pero ese "allí" del sur sigue presente.
Saludos POP, feliz finde!

Forlati ha dit...

I yo que no sé llegir lliteratura de dia. Sempre de nit. Salute!