dissabte, de setembre 06, 2008

VIEJOS MALES


No se queden con las gansadas románticas, bobaliconas y bienintencionadas del joven. Ni con la belleza dudosa de la Bonham-Carter. Ni con las conversaciones de circunstancias, tan británicas. Hay en este fragmento de Una Habitación con Vistas una alucinante aria de Donizetti. Y hay el paisaje toscano, un verano o una primavera eterna, y la silueta de Florencia brillando otra vez como un espejismo o un sueño.

Yo -perdonadme, ortodoxos- de muy joven padecí una grave enfermedad llamada Italia. Y ahora, más a menudo de lo que debiera y con cualquier excusa, aún viene a mí, recurrente y pesada como un mal congénito. Pero no la aparto como quien aparta un mal recuerdo. Tengo aún capacidad para entusiasmarme por algunas cosas viejas y queridas. Me quedo, como un consuelo y un recuerdo que es pasado, presente y futuro, con lo de Henry James: "It concerns Italy and my youth. Two fine things".

5 comentaris:

Comtessa d´Angeville ha dit...

Quan torne a casa et buscaré un poema d´un exprofessor meu que ve perfecte per a açò que has escrit.

morena ha dit...

Espectacular festival fotográfico

Anònim ha dit...

Ayer escuchaba esto en el ipod y hoy me viene que ni al pelo:
Vuelve conmigo a Italia
estoy empezando a a olvidarla
Olvida esas fotos, las repetiremos
Y olvida esas calles, podemos volver a perdernos
Crees que podremos encontrar
una discoteca cutre y barata
donde pongan la cancion del verano,
del verano de aquel año,
de nuestro verano en Italia

y me he visto bebiendo vino en las escaleras de la iglesia de santo spirito... curioso

angresola ha dit...
L'autor ha eliminat aquest comentari.
angresola ha dit...

Benvingut, Vicente.


Qué gran tarde-noche aquella, pidiendo en los restaurantes un sacacorchos para arrearnos el chianti a morro, sentados en las escaleras de la iglesia, rodeados de guiris que sólo tenían ojos para el mamón de la guitarra que tocaba de patada pero se las llevaba detrás... Recuerdo que juramos que al próximo inter-rail llevaríamos una guitarra aunque sólo fuera como reclamo, jajajaja.
Pero pasaron más veranos y la vida siguió con su apisonadora y ya no hubo más inter-rail, aunque Florencia seguro que sigue tan impactante y espectacular como siempre, pero todo vuelve, y este mismo verano que acaba de terminar, es muy probable que hubiera tres valencianos veinteañeros bebiendo vino y odiando a algún capullo con guitarra en las escaleras de cualquier iglesia...

Abrazos amigo.