Odio las rutinas cotidianas. Las del día a día, las que tienen como marco máximo y repetido a la semana. Esa sucesión de horas de trabajo, interrupciones alimenticias, sueños y vuelta a empezar. Ni siquiera la alegría ingenua del fin de semana logra romper esa dinámica que en el fondo detesto.
Pero -supongo que muy contradictoriamente- hay otra rutina del año que me gusta sin remedio. Es la que empieza ahora, en estos días de septiembre, y que está marcada sobretodo por hábitos de temporada y por las festividades del calendario.
El inicio de la liga como un final de verano anticipado, la vuelta a los estudios que miro entre aliviado y nostálgico, el 9 d´octubre como la entrada real o definitiva en el año, el puente de diciembre y su frecuente escapada al interior, a los primeros fríos serios, el porrat de Santa Llúcia que contemplo camino al trabajo, la Navidad, el cansino ritual de la Nochevieja, los Reyes y su constante buen recuerdo y presente, la fiesta de Sant Vicent (siempre que caiga entre semana), la feria del libro de ocasión en la Gran Vía, las Fallas, las Pascuas -que no la lúgubre semana santa, tan extraña a mí y a los míos-, la Fira del Llibre en los Viveros, la procesión de la Virgen, por la tarde, con su hermoso paganismo final bajo apestosas capas de beaterío, los primeros calores, las mujeres quitándose ropa día a día, las primeras escapadas a la playa, los planes de vacaciones, la limpieza de la piscina como un ritual familiar entre lo festivo y el puro coñazo, el inicio del verano y todas sus glorias, los periódicos delgados, la liga que empieza...
8 comentaris:
Estic amb tu: 9 d'octubre com a data de començament de l'any reial.
Excel·lent text.
Abraços
J
Para mí el año empieza a partir de marzo, como para todo pagano. Cuando el primer sábado después de San José se corre la Milán - San Remo y empieza la temporada ciclista. Cuando se han quemado los trastos viejos del invierno, y con ellos los fríos pasados. Cuando con los primeros calores, como bien dices, nos vamos despelotando todos un poco.
La rutina ha aduqirido un significao peyorativo que no tiene por qué tenerlo, hay rutinas con pequeños detalles diarios que hacen cambiante la misma rutina, sólo hay que atender a esas pequeñas cosas!
Viva las pequeñas cosas, viva las MArnualidades!
Sí, yo a mi rollo...Saludos POP
Sí, sí, Marpop a su rollo. Jajajajaja. Pero esta volta mou raó. Hi ha rutines fantàstiques.
Fantàstic text, sr. Angresola. La liga que empieza… Tot comença quan ix el Extra del Don Balón. Un run run comença a sentir-se pels carrers. Jajajaja
Com era allò de que els supporters mesurem la vida per temporades?
Gran Angresola.
Me gusta su blog.
Besos
No hi ha cosa que desitje més que una rutina. Alçar-se tots els dies a la mateixa hora, saber què és el que faràs, poder fer plans amb, com a poc, MIG DIA! d´antelació, no demane més, i no tindre que estar sempre amb el nuc a la panxa del QUÈ PASSARÀ al mes que ve, o què dic mes que ve, què passarà DEMÀ.
Jo sí vull rutines
L'any no té mesos ni dies, té 38 jornades. Bon post.
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